El uso de las redes sociales en los niños y adolescentes se ha incrementado exponencialmente en los últimos años gracias al desarrollo de nuevas plataformas sociales y a las nuevas funcionalidades de las redes ya existentes.
Acerca de la información sensible de los menores, cabe mencionar que en torno al 45% configura su perfil en redes sociales como privado, el 30% limita el acceso de sus seguidores a su información personal, y cerca del 25% lo establece en modo público.
Entre ellos, cerca del 30% hace visible el nombre de su escuela y cuanto más mayores son, más datos aportan todavía. Por otra parte, el 90% de los más jóvenes comparte su número de teléfono y un 10% su el nombre de su ciudad.
Pero eso no es todo. Un alto porcentaje de los niños y adolescentes exhiben su propio rostro como imagen de perfil, su nombre y apellidos. Cuanto más pequeños, más reticentes son a mostrar este tipo de información.
Estoy de acuerdo, la privacidad es un beneficio que todos tenemos y afortunadamente poseemos la capacidad de elegir que es lo que mostramos en redes sociales y que mantenemos en privado. Lamentablemente, la mayoría de los niños que navegan en redes sociales NO está consciente de los riesgos que estas mismas implican y por eso exponen sus datos personales; pues aunque los padres les advierten, ellos siguen siendo niños y no pueden procesar la magnitud de los riesgos. Los padres deberían controlar diariamente que es lo que publican y comparten los niños en las redes sociales o en un caso extremo, no permitir que tenga una cuenta propia hasta que tenga un criterio maduro.
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